Defensa de la Fé

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y la sana Doctrina.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Indagando en la Historia (continuacion)


La influencia de la francmasonería se haría patente desde el principio en todos los ámbitos del naciente estado norteamericano, modelando sus componentes ideológicos y políticos e inspirando buena parte de su simbología.
Inmediatamente después de proclamar la Declaración de Independencia, el Congreso reunido en Filadelfia adoptó una resolución encargando a John Adams, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson la confección del sello oficial del nuevo Estado.
Finalmente fue aprobado el diseño definitivo propuesto por el secretario del Congreso, Charles Thompson, maestre de una logia masónica de Filadelfia dirigida por Benjamín Franklin.
El reverso de dicho sello no es, sino una trascripción de la simbología iluminista. En su parte central figura una pirámide truncada de trece escalones, el último de los cuales contiene una fecha escrita en caracteres romanos: MDCCLXXVI, esto es, 1776. Coronando la cima de la pirámide aparece un triángulo radiante con un ojo en su interior.
Tal ideograma era el símbolo de los Illuminati, y el que figuró en las portadas de los textos jacobinos más radicales durante la Revolución Francesa. El reverso del Gran Sello (The Great Seal) incluye también dos leyendas, una en su parte superior, circundando el triángulo, que reza "Annuit Coeptis”, y otra en su parte inferior, que circunda la base de la pirámide y dice "Novus Ordo Seclorum”.
1- Échale un vistazo al billete de un dólar
En 1933, el presidente Franklin Delano Roosevelt , que era francmasón del grado 32 (de los “ sabios” ), y que como tal, sabía a qué dios servía, ordenó que el reverso del Gran Sello norteamericano se imprimiera en la cara posterior del billete de un dólar.
Por lo tanto, en el billete de un dólar americano, si uno se fija bien, ve lo siguiente:

En la base de la pirámide egipcia se lee una fecha en números romanos: 1776.
Debajo de la extraña pirámide, se lee en latín (¡¡¿por qué en latín?!!): “ NOVUS ORDO SECLORUM ”, que se traduce por: “NUEVO ORDEN DE LOS SIGLOS” o, “NUEVO ORDEN DE LOS TIEMPOS”. Como podrá apreciarse, las referencias a un “Nuevo Orden” y a una “Nueva Era”, tan recurrentes a todo lo largo de la época moderna, no son nada nuevas. Esta frase, tomada del filósofo romano Virgilio, es interpretada en su sentido más superficial como una equiparación del Estado norteamericano con la antigua Roma Imperial. Pero en la simbología iluminista (véase Illuminati), la leyenda en cuestión no se refiere a nada de eso, sino a la "Nueva Era de Acuario " , que habría de suceder a la Era de Piscis o Era Cristiana.
Por lo tanto, ese “Novus Ordo Seclorum” (Nuevo Orden de los tiempos) está estrictamente ubicado en una próxima era de negación absoluta de todo lo que implica Dios.

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